viernes, abril 17, 2009

La historia de un mundo (continua)

Una vez más, estamos en la oscuridad.

-Yo fui la primera, no dure mucho en esa posición-dijo la mujer con la celda marcada con el uno.

Se mueve hacia los barrotes y una mano blanca aparece entre ellos sosteniéndolos.

-Ahora existo aquí, en la oscuridad, junto con el dolor, junto con la nada.

Pasos solitarios acompañan a su monologo y la mano de su vecina se extiende por afuera de los barrotes.

-Aquí ninguna esta sola, Uno, aquí todas estamos con todas-dice Dos.- Somos sombras nada mas.


Ni siquiera el aire hace ruido dentro de la prisión oscura. Ellas casi siempre están en silencio, ellas casi nunca se hablan. Hoy parece una excepción.

-Ni siquiera somos sombras ahora- la voz se escucha de la cárcel marcada con el ocho. Ahí una mano pequeña y muy morena acaricia los barrotes con calma- Ya solo somos oscuridad, errores, pecados, tropiezos. Cosas que son hechas para olvidarse.

Para que hablase solo para decirse que se encuentran sin la luz, un desperdicio de nuestro tiempo y el de ellas, pero esperen, aun no termina.

-Se dice que la once se escapo del este mundo, no solo del a oscuridad- habla la dueña del diez.- Podríamos escapar también.

Una risa aguda comienza al terminar la proposición de Diez y todas las que pueden dirigen su mirada a la nueve.

-Sí, si podríamos ¿Pero que ganamos?. Prefiero vengarnos, hay que vengarnos de este mundo, acabarlo desde los huesos, hacer que el sol se apague, acabar con sus habitantes, hundirlo en la melancolía.

Todas salen hacia los barrotes de sus cárceles, de sus jaulas de helado metal. Alguna se preocupan, otras con mas malicia sonríen y alguna, en algún punto, baja la mirada con tristeza.

-Primero hay que salir de estas prisiones y luego, comienza nuestra venganza.

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