miércoles, mayo 27, 2009

El día que el amor se perdió

Un día como este, hace muchos ayeres. Un muchacho caminaba por la calle, triste por que su novia lo dejo. Entonces le pregunto a su corazón si el sabia por que.
El corazón contesto que por que se perdió el amor.

Con esta respuesta el muchacho comenzó a buscar el amor por todos lados. Debajo de los muebles, en la mesa, en las sillas, en el buro, en la cama. Busco y busco y nunca lo encontró.
Tiempo después, mientras se ponía sus calcetines, sintió algo raro y se fijo en ellos. Ahí, cómodamente dormido, estaba el amor

“¿Dónde estuviste todo este tiempo?” le pregunto el muchacho
“Aquí mismo” le contesto el amor “Te perdiste así que me quede esperándote”

A veces nosotros somos los perdidos…

viernes, mayo 22, 2009

Siempre hay una razon para cantar

Estoy sentado en el la orilla del techo y el amanecer se aproxima. El sol comienza a asomarse por las montañas y sus primeros rayos iluminan mi rostro, son tan cálidos, tan suaves y ahí viene la canción. Mi mente se activa, comienzo a tararearla “Here comes the sun, Little Darling, here comes the sun…”

Es ahí cuando recuerdo que siempre hay una razón para cantar. No importa que no sepas, deja que tu emoción se adueñe de tu voz y canta.

Una canción que sea alegre, triste, de amor, de rencor. Desahógate con la letra musicalizada por alguien en algún lugar del mundo. Deja salir tus problemas con tu garganta y termina sonriéndole a la causa de tu canción. Por que te inspiro a la tonada.

Cántale al sol, a la vida, al desamor, a la mujer, a tu novia, a tu hermano, a tu perro o si quieres al cielo. Pero sigue esa letra, alégrate un rato deja salir los rencores, llénate del ritmo de la melodía para después explotar en un grito en la frase final.

domingo, mayo 17, 2009

Discurso sobre felicidad

Hoy rompo con mi estilo de escritura y regreso a lo básico, así como escribía hace mucho tiempo. Ese tiempo que no he olvidado. Este es discurso del vivir.

¿Quién no ha sentido desamor? ¿Quién no se ha visto traicionado? ¿Quién no ha continuado queriendo esa persona cuando ya se fue?


Todos lo sentimos, todos lo vivimos, todos lo sufrimos. Y en la multitud inmensa de personas que se acordaron de esas veces que sufrieron, me van a encontrar a mí. Pero le diré algo, no todas las personas en esa multitud están tristes, algunas sonríen. ¿Por que sonreír del desamor? ¿Qué les pasa?

Ellos sonríen por que fueron felices con esas personas. Sufrieron, tal vez fueron traicionados, tal vez fueron ignorados, heridos y maldecidos. Pero al final, todo eso vale la pena, por que amamos.
Amamos unos días, unos meses, unos años a ese sentimiento tan hermoso. Y esa persona que tal vez hoy ya no puede o ya no quiere estar a nuestro lado, nos amo. Entonces los recuerdos del amor siguen en nuestro corazón y es nuestra elección atesorarlos o llenarlos de rencor.
No digo que vivamos del pasado, pero hay que estar felices de que ese pasado sucedió. Hay que estar felices que nos tomamos centenares de fotos, que fuimos a restaurantes, que las llamadas que hicimos nunca acababan, que lloramos, que reímos, que peleamos. Eso es lo que debe de hacernos felices.

Tal vez hoy esa persona es feliz con alguien más, que bueno, alegrémonos. Si todavía la queremos, alegrémonos mas, por que ahora sabemos que la persona que queremos es muy feliz. ¿Y que no es eso lo que importa? ¿Saber que el otro es feliz?

Hay que pensar individualmente por que cuando una relación acaba, deja de ser algo de dos y se transforma en uno. El dolor es de uno, la ira es de uno, la tristeza es de uno. También lo es la felicidad. Hay siempre ser felices y sumar a nuestra felicidad el tema de este discurso.

Sumemos toda esta alegría a la que ya tenemos hoy. Si hoy amamos de nuevo y sabemos que la personas querida hace ya tiempo esta feliz también, sumemos esa felicidad a la nuestra. No dejemos que se escape de nuestros dedos y que se pierda en una negrura sin importancia.


Entre toda la multitud, yo también quiero esbozar una sonrisa y podría narrarles historias tan amargas sobre el amor. Pero al final, esas historias no son más que recuerdos que podríamos elegir verlos con esa sonrisa y decir “Que bueno que pasaron”

Entonces que esos labios se activen y muestren la curva para forman alegría en el rostro. Seamos los sonrientes de la multitud. Aquellos que recuerdan con tanto entusiasmo que al leer esto se echaron a reír.

Démosle una sonrisa al pasado, un gracias a los recuerdos y un me alegro por ti a la persona que amamos hace muchos ayeres. Y seamos mas felices de lo que ya somos.